Tarde de caceria.
Es mi sueño,
es mi pesadilla,
es lo que me acompaña
y me guía,
así es mi día a día...
Mantis, seres irregulares
que, agazapados, esperan
un suspiro que les alarme.
-¿A dónde vamos?
-A matar mantis, a matar lobos,
a derramar la sangre
que brota de mis venas...
porque son mi sueño, son mi vida.
Soy un insecto
en constante actitud de acecho,
que guarda con recelo su hueco
entre la maleza,
lo guarda, para que ninguún otro lo vea,
pues se lo comería, lo destruiría.
-¿Quién te mira?
- Cientos de ojos brillantes, desternillantes,
formados en la más amorfa oscuridad.
Son los lobos hambrientos,
que, cegados por la sensación,
de haberme tenido cerca,
clavan sus pupilas desfogadas
en lo más hondo de mi alma,
donde hablan los cuervos,
donde ya no hay nada.
Comienza la cacería..
Cumplo mi castigo y, del jaleo,
todo se espanta...
El silencio es algo que no debería existir
todo lo ata
a las crueles verdades,
¿ o son símplemente TUS verdades?
Irremmediablemente caigo,
mi arma descansa a mi lado...
nada me ha atacado,
solo soy yo quien a truncado
la esperanza de acabar con algo.
-¿A dónde vamos?
-Esto se ha acabado,
volveremos al verde prado,
a escribir con las imborrables
letras del pasado,
otro día más en el árbol.
A sentir la brisa, que,
ardiente, acalorada
y sin prisa,
acaricia la vida.
A mirar al frente,
a que todo sea indiferente.
La noche arrastra al día,
le arrebata lo que tenía,
el precipicio se consume
leve e irremediablemente...
¿Será el momento de verte?
Gema Pérez Pérez
Me encanta como escribe esta chica, la verdad....
Está muy chulo.
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